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Celebrity Scoop: La Paloma Prisoner Project

Raquel was interviewed about her long term project La Paloma Prisoner Celebrity Scoop Magazine: The process of writing about women in prison, interviewed by Colombian journalist Sandra Escallon. May 30, 2017

Read the full interview HERE or below.

 

‘La Paloma Project’: una obra sobre la identidad de las mujeres en las cárceles

“Una vez tú puedas contar tu historia, estás dando el primer paso para sanar “

La escritora y actriz española Raquel Almazan, y directora artística de ‘La Lucha Arte’, ha dedicado parte de su carrera a emplear el arte como una herramienta social y política para crear cambio y cuestionar varios sistemas de la comunidad. Uno de sus más recientes trabajos es la producción ‘La Paloma Project’, escrita por ella misma, donde se puede presenciar su arduo trabajo con mujeres de diferentes prisiones, y asimismo, el proceso de creación que llevó al arte a convertirse en el medio para la sanación y la reconciliación de cada una de ellas. Almazan habló con nosotros sobre esta obra basada en las historias reales de las mujeres detrás de las rejas.

SE: ¿Qué te inspiró a dar el primer paso para realizar el proyecto ‘La Paloma Prisoner’?

RA: Yo trabajé con un grupo de mujeres cuando era muy joven, tenía unos 21 años, y estaba terminando la escuela de teatro. Trabajé con un maestro que tenía mucha experiencia dentro de las prisiones y con reclusas que llevaban unos 8 años practicando baile, pero que nunca habían tenido la experiencia de escribir un texto para obras. Entonces, decidí escribir un texto con ellas. Fue una experiencia bien fuerte cuando trabajé en las dos presiones de Miami. Eran cárceles de máxima seguridad. También hice un entrenamiento de 6 meses con abogados, en programas sociales, y otras actividades para saber cómo trabajar por 6 meses con mujeres que no tenían experiencia con el arte, y otros 6 meses con mujeres que tenían experiencia. Lo que ví es que ellas sentían demasiado trauma. Con las mujeres de los primeros 6 meses, notabas que no tenían casa, se enfrentaban a muchas necesidades y estaban saliendo de la prisión. Era interesante trabajar con ellas haciendo bailes, ejercicios de arte, dibujar con colores, era una forma de terapia pero también un crecimiento. Después, cuando trabajé con el otro grupo, ví que era muy interesante y difícil escribir texto, porque a diferencia del baile, que es muy general, las mujeres claramente estaban escribiendo sobre su experiencia, y estaban siendo muy claras en el texto sobre lo crímenes que hicieron, fueron muy directas. Entonces, fue muy difícil porque tuvieron que escribir sobre su vida.

SE: ¿Cómo viste ese cambio en ellas después de realizar todas estas actividades artísticas? ¿Cómo estos ejercicios les ayudó a empezar nuevos caminos?

RA: Yo presenté la obra en Manhattan, y cuando la presenté hablé de esta muchacha que definió uno de los personajes. Era muy joven, ella tenía como 22 años en ese tiempo, y se llamaba ‘Baby Jessica’, porque era la más joven y quedó presa cuando tenía 14 años, y estaba sentenciada a cadena perpetua. Luego de un año de que vinieron a ver la presentación fue liberada, ya que las personas que llevaban su caso estaban entre el público ese día y la liberaron. Para mi, que tenía una edad tan joven, fue el comienzo para ver el poder del arte, y lo que el arte puede hacer: puede cambiar el pensamiento de las personas, su corazón y que vean las situaciones de una manera diferente. También ví un cambio en las mujeres del público, no solo en las que participaron, sino en las que por primera vez vieron sus historias reflejadas en el escenario, y muchas de ellas se pararon y gritaron.

SE: ¿Cuáles fueron los aspectos políticos y sociales que querías traer con cada una de estas historias?

RA: La obra tiene muchos temas, específicamente conectados con Colombia, cada personaje tiene una relación con el tema. Por ejemplo, la mujer central que se llama Paloma, tiene la habilidad mágica para transformarse como en un pájaro, y por las noches se escapa de la prisión y sigue matando a hombres violadores. Básicamente ella asesina solamente a los hombres que violan a las mujeres. En la obra este es un aspecto mágico, la mujer tiene esa habilidad. Pero ese personaje fue creado en base a una historia real sobre los abusadores. Hay una cantidad de mujeres que viven en la violencia doméstica, ya sea por su hermano, su padre, parejas, y al final les quitan la vida a esas personas cercanas a ellas.

También tuve la oportunidad de  tener historias relacionadas con las Farc, y aquellas mujeres capturadas por ellos. Hay un personaje que es doctora y está acusada por tener un tipo de relación con las Farc y está esperando por su audiencia, que puede durar un largo tiempo. Otra historia basada en la realidad, es de una madre y su hija, donde el padre los abandona, y ella decide robar debido a la pobreza. En la prisión conocí otra mujer que vivió con un abusador por muchos años y finalmente lo asesinó.

Las edades de las mujeres en la obra son de 19 a 65 años. Lo hice de esta manera porque cada mujer está en una diferente etapa y ve las cosas diferentes con una perspectiva distinta.

En la obra también habló de lo que pasa con las mujeres dentro del sistema.

SE: ¿Has pensado en llevar esta obra a Colombia?

RA: Yo creo que sí, porque yo trabajé en la obra desde hace 10 años y he trabajado con ella en 4 países diferentes, entre ellos Colombia. Es una obra que puede reflejar a las mujeres de todo el mundo, y donde se ve que la guerra tiene mucho que ver en las razones por qué las mujeres tienen que ser violentas para defenderse. Tengo 3 personajes que son directamente conectados con las Farc, uno de ellas perdió sus tres hijos. Tengo una parte donde esos espíritus regresan, cuando lo hacen en el escenario se ve cambios de luces y de música. En una parte entra el espíritu de uno de los hijos que murió peleando contra las Farc, cuenta la historia y se despide de su madre.

SE: ¿Cómo te afectaron estas historias a ti como persona?

RA: Fue un proceso muy duro y fuerte. Yo también trabajo en refugios, en escuelas con niños, en prisiones. La parte de mi proceso es cómo puedo crear esas historias y cómo puedo  trabajar con las personas que están viviendo ese tipo de trauma. También, yo tengo familiares que han estado en la prisión, y entiendo ese proceso: la desesperación que se siente cuando una persona muy cercana la encierran, la primera vez que  supe que tenía que vivir el proceso del sistema, ver cómo este funcionaba, y cómo si no podías pagar una fianza te podías quedar encerrado. Y ver cómo te podría afectar si eras parte de ciertas comunidades. Me afectó personalmente ver cómo mis estudiantes eran detenidos por un policía sin razón. Fue frustrante ver a una persona con tanto talento y sus vidas destruidas solo porque se parece a alguien. Es un trabajo que no termina.

SE: ¿Qué le dirías a esas personas que están pasando por un proceso como este?

RA: Yo creo que lo que me ayudó cuando pasé por ese momento, fue un círculo que haciamos cuando nos reunimos y nos contabamos historias. Esa fue la primera vez que me sentí parte del proceso de hacer arte, porque yo pensaba que el arte era para la gente rica. Una vez tú puedas contar tu historia, estás dando el primer paso para sanar. Me tomó años entender mi propia historia dentro de un sistema político. Tú no puedes entender lo que te está pasando políticamente hasta que no puedas contar personalmente tu historia. Y eso es lo primero que hago cuando trabajo con grupos, es cómo nos podemos contar la historia y ver cuándo estamos listos, porque cada uno está en un momento diferente, a algunos les puede tomar semanas contar sus experiencias hasta que finalmente comparten su historia

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